Nos juntamos esa noche tan ansiada para dejarnos llevar una vez mas por el hermoso universo de sonidos y punteos…ese rock maravilla que nos hace temblar…
Caia el sabado y el show daba su comienzo alrededor de las 21:30 cuando los esqueletos animados y felices apabullaban en gritos y cantos aclamando la esplendorosa funcion, cargada de sonrisas como un revolver a punto de tomar vida. Miradas por doquier, carcajadas roncas y besos tibios interminables adornaban nuestro encuentro.
Me concentré en sentir y oir los silbidos a su llamado , en el exceso intenso de amor hacia nuestro procer rockero que nos deja anonadados en cada toque de ocasión, con las neuronas y la cabeza descontroladas y fervorozas, sumergidos en una especie de pasion mental, casi imposible de explicar.
Hasta que de pronto suenan esas notas alborotando a los hambrientos.
La funcion comenzó y nos hallabamos todos colmados de placer ante majestuosas canciones, tales como “Soldaditos de plomo”, “Flores Secas”, “El golem de Paternal”, entre otras tantas.
Y la noche plagada de sudor y deseos explotando a la par, bailaba junto a los pelos desparejos de personitas que alababan a la misma cruz.
Y mi vista perdia el rumbo entre el escenario y la multitud de ese mundo.
Gritos de aquí, de alla “vamos Skay!”, “Solo te pido que se vuelvan a juntar!” era una euforia completamente contagiable y un sonido armonioso.
Como un tren bala, el tiempo marchaba y se escuchaban los punteos del implacable rocanrol, dando paso a nuestro canto en grande para acompañar al lider… y ruidos filosos con melodias viejas ya conocidas, sabias en traer recuerdos redondos. Nada parecia darnos mas felicidad… Su repertorio continuaba y los cuerpos pediamos más.
Con cautela todo salio bien , en el momento en que unos petardos fueron arrojados, q no alteraron el show.
Llegando la hora de marchar, la tribu, con la garganta en sequia buscando la rubia, y acentada en el pogo, recibe a toda maquina el terrible ritual… y los acordes marcaban que con “Jijiji” debia terminar!. Alaridos infartantes, desesperacion absoluta en cada “ No lo soñeee!”…quedando sin aliento!....y el show acabandose.
…Hora de regalos, puas y palillos, saludos y hasta siempre, asi la noche terminaba y afuera mismo se cantaba …”Vamos Los Redo, vamos Los Redo….
Los Redondos es un sentimiento, no se explica se lleva bien adentro y por eso te sigo a donde sea! Soy Redondo hasta que me muera!”
Caia el sabado y el show daba su comienzo alrededor de las 21:30 cuando los esqueletos animados y felices apabullaban en gritos y cantos aclamando la esplendorosa funcion, cargada de sonrisas como un revolver a punto de tomar vida. Miradas por doquier, carcajadas roncas y besos tibios interminables adornaban nuestro encuentro.
Me concentré en sentir y oir los silbidos a su llamado , en el exceso intenso de amor hacia nuestro procer rockero que nos deja anonadados en cada toque de ocasión, con las neuronas y la cabeza descontroladas y fervorozas, sumergidos en una especie de pasion mental, casi imposible de explicar.
Hasta que de pronto suenan esas notas alborotando a los hambrientos.
La funcion comenzó y nos hallabamos todos colmados de placer ante majestuosas canciones, tales como “Soldaditos de plomo”, “Flores Secas”, “El golem de Paternal”, entre otras tantas.
Y la noche plagada de sudor y deseos explotando a la par, bailaba junto a los pelos desparejos de personitas que alababan a la misma cruz.
Y mi vista perdia el rumbo entre el escenario y la multitud de ese mundo.
Gritos de aquí, de alla “vamos Skay!”, “Solo te pido que se vuelvan a juntar!” era una euforia completamente contagiable y un sonido armonioso.
Como un tren bala, el tiempo marchaba y se escuchaban los punteos del implacable rocanrol, dando paso a nuestro canto en grande para acompañar al lider… y ruidos filosos con melodias viejas ya conocidas, sabias en traer recuerdos redondos. Nada parecia darnos mas felicidad… Su repertorio continuaba y los cuerpos pediamos más.
Con cautela todo salio bien , en el momento en que unos petardos fueron arrojados, q no alteraron el show.
Llegando la hora de marchar, la tribu, con la garganta en sequia buscando la rubia, y acentada en el pogo, recibe a toda maquina el terrible ritual… y los acordes marcaban que con “Jijiji” debia terminar!. Alaridos infartantes, desesperacion absoluta en cada “ No lo soñeee!”…quedando sin aliento!....y el show acabandose.
…Hora de regalos, puas y palillos, saludos y hasta siempre, asi la noche terminaba y afuera mismo se cantaba …”Vamos Los Redo, vamos Los Redo….
Los Redondos es un sentimiento, no se explica se lleva bien adentro y por eso te sigo a donde sea! Soy Redondo hasta que me muera!”