
Puedo suponer que un segundo de tu piel
es el arma más mortal para hechizar el núcleo de mi sien.
Puedo sentir que tu mirada punzante
es la más profunda de todas las demás.
Puedo mirar más allá de aquella niebla que nubla tu alma
y comprender que no se expone ella
porque ya no tiene calma.
Existen pedazos de un ser que no termina de unirse
ni al cielo ni al alba del ocaso de la muerte,
Existen estrofas que jamás serán expuestas
ni en la Tierra de tus sueños,
Existen fronteras que jamás cruzarán
mis pies sobre ellas,
Existe un secreto donde no llegan ni los sabios por temor,
¿Es tu cuerpo la tumba de tu alma?
¿Son mis manos las dagas que evitas?
¿Será que tu vida ya no es unirse a la mía?
es el arma más mortal para hechizar el núcleo de mi sien.
Puedo sentir que tu mirada punzante
es la más profunda de todas las demás.
Puedo mirar más allá de aquella niebla que nubla tu alma
y comprender que no se expone ella
porque ya no tiene calma.
Existen pedazos de un ser que no termina de unirse
ni al cielo ni al alba del ocaso de la muerte,
Existen estrofas que jamás serán expuestas
ni en la Tierra de tus sueños,
Existen fronteras que jamás cruzarán
mis pies sobre ellas,
Existe un secreto donde no llegan ni los sabios por temor,
¿Es tu cuerpo la tumba de tu alma?
¿Son mis manos las dagas que evitas?
¿Será que tu vida ya no es unirse a la mía?
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