Encandilan inquietantes tus faroles
esos rojos, gusto a muertos
pero allí vivos...
Tu fachada habla por vos de más
te hunde así, así sin más
suaves suspiros...
Gambeteando trozos de madera
que se engranan a tu andar
intentas de alguna manera
poder disimular...
Tu manija no puede más
y sentís quebrar el corazón
rabietas sin sentido
inundan tu boca, más de lo normal
y dejan mal sabor...
Sos cobarde al fin
y solo así te refugiás
armando la tumba
donde pronto yacerás.
...no es tu culpa nó.
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